lunes, 24 de octubre de 2011

PROFECÍA AUTOCUMPLIDA

El término de “Profecía autocumplida” acuñado por
R. Merton en 1948, hace referencia a la confirmación
de nuestras expectativas. En este sentido la teoría explica
que cuando mantenemos una firme creencia respecto a algo
o alguien, acabamos corroborándola.
Por ejemplo, si estamos convencidos de que nuestra/o hija
la mayor es buena en ciencias, mientras que la/el menor tiene
facilidad para las letras, es probable que debido al interés,
el apoyo formativo,la implicación, el tiempo, etc.
que les dedique a cada una/o en su área,
desarrollen cierta habilidad en los respectivos ámbitos educativos.
¿Tenían previamente esta fluidez? Según esta teoría no siempre.
 En ocasiones, partimos de una idea sin suficientes evidencias en las que fundamentarnos, a partir de la cual generamos los cambios necesarios para su confirmación.
  
La teoría en sí no es beneficiosa ni perjudicial, dependerá por tanto del uso que hagamos de ella.
Por ejemplo, si yo creo que mi hija/o tiene un potencial muy limitado para los deportes, es probable que influya negativamente sobre ella/él, apuntándole a extraescolares que no guarden relación directa con el ejercicio. Con lo cual, tiempo después veremos confirmada nuestra teoría, no porque no tuviese aptitudes, sino porque no le hemos dado la oportunidad de desarrollarlo. Sin embargo, si considero que tiene gran capacidad, es posible siguiendo el razonamiento contrario, le implique en actividades que faciliten su desarrollo, cumpliendo una vez más nuestras expectativas a largo plazo.
¿Somos conscientes de las consecuencias que nuestras creencias y emociones tienen en el desarrollo de las/los demás?

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